Teatro Nacional: un patrimonio cultural en peligro

Ante la percepción colectiva, los últimos gobiernos se han caracterizado por el gran enfoque puesto sobre el crecimiento económico del país, dejando a un lado asuntos como la educación, la salud y la cultura.

Hace dos semanas, la noticia del cierre del Teatro Nacional sorprendió a muchos. La causa principal fue el resultado que arrojó un estudio preliminar realizado por la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) junto con el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc).

Esta evaluación determinó que es necesario hacer trabajos puntuales para reparar los diversos deterioros en la estructura del edificio. Pero este desgaste físico apunta a un solo factor: la falta de mantenimiento.

Si bien, en los últimos años el establecimiento había tenido mejoras y renovaciones decorativas, hace más de 40 años que no se hacían reparaciones estructurales profundas.

Hoy el teatro se enfrenta a un riesgo crítico que, si no es manejado de la manera correcta, podría terminar en un colapso del mismo.

Las consecuencias de la indiferencia gubernamental hacia la cultura salen a relucir no solo en el cierre del Teatro Nacional, sino también en el delicado estado de la estructura del Instituto Nacional y en el riesgo físico del antiguo Museo del Hombre Panameño, conocido como la primera sede del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz (Marta).

Con el colapso del plafón en el año 2000, aparecieron los indicios de que una reparación integral al teatro era necesaria. Hoy la historia se repite, pero a mayor escala.

Con pocos fondos, el cierre indefinido de la casa de las artes más importante de Panamá se convierte en uno de los retos más grande para el Instituto Nacional de Cultura.

El cierre de puertas de este inmueble significa cientos de obras y presentaciones a gran escala no realizadas en el espacio que se merecen, varios artistas emergentes sin sentir la emoción de estar en el escenario más emblemático de Panamá y el aislamiento de un pasado arquitectónico basado en el neoclasicismo de la época en que fue construida esta pieza.

El peligro de este espacio cultural no debe ser preocupante solo para los artistas panameños, sino también para toda la sociedad civil.

El Teatro Nacional es parte del conjunto monumental de Casco Viejo, reconocido como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1997. En otras palabras, es un monumento de importancia internacional que cuenta la historia del Panamá naciente del principio del siglo XX. Perderlo sería perder parte de nuestra identidad e historia nacional.

Es momento de reconocer que invertir en las artes y la cultura del país también podría traducirse en un crecimiento económico sostenible para Panamá.

Si seguimos como hemos estado hasta ahora, lo más probable es que nuestro patrimonio histórico quede en ruinas. Y un país sin cultura, no avanza.